Siguiendo los pasos de Blanca (Africa Jiménez) he
adquirido un libro, no creo que pueda decir que lo he comprado,
comprar tiene una connotación de tráfico. De valor y precio pero
este no, es un libro pobre, que no es lo mismo que un pobre libro.
Permanecía en un anaquel con sus compañeros de pobrerío.
Un cartel
de que igual podría haber garrapateado un indigente pedía depositar
un euro en la alcancía firmemente atornillada al mueble.
Nada
más un euro y podrás disfrutar de un premio planeta de aquellos que
hablaban de la guerra civil...
Es
un libro pobre y como es pobre es indecente, desvergonzado, sin
inhibiciones.
Enseña sus intimidades sin recato, hace pública su
historia individual. Habla de un COU de los 80.
Cuenta
historias de Yxxx Mxxx:
de Rosa-Roberto-Rosa, el triangulo imposible de
un binomio.
Contiene la esencia de un apunte y la traducción
acelerada, corsari =pirata y alguna nota sobre Salvat Papasseit, en la que
parece haber dedicado el libro a una enfermera.
Sorprende
encontrar gran número de comentarios sobre el autor y su obra,
algunos oficiales, de esos que suenan a bote salvavidas, a cosa de
consejería de cultura, para cubrir el erial de la literatura
catalana. No se si es impresión mía, pura subjetividad, pero
mientras no tengo ningún problema en nombrar autores de los siglos
XIX y el primer tercio del XX nativos de cualquier otra zona de
España, aquí me cuesta. Y es curioso si existen artistas plásticos
arquitectos, escultores, pintores... da la sensación que el
benestant català no usava biblioteques.
Os
dejo seguiré urgando las notas que margen del libro ofrece sin
pudor, y dejaré una manda testamentaria para que mis libros se
incineren conmigo. Tengo miedo de que cuando yo no sea caigan en
manos de algún desaprensivo algún voyeurista como yo ahora mismo.