Una caperucita muy muy especial.
Caperucita roja a psicoanalizarse va
en el diván tumbada las cosas de su ego
comienza a narrar.
Y el lobo terapeuta con mirada golosa
Los pechitos de la niña ardoroso mira ya.
como la tentará.
Licántropo perverso urdiendo estratagemas
La caperuza menarquia debe simbolizar.
Como la excitará
O tal vez indicio de un desflore accidental
Saliva el doctor lobo procaces alusiones
deseo y tremolar.
Ahogado en sus pasiones no sabe continuar
hasta que la nenita poniéndose en pie
con pícara sonrisa
se arregla las faldillas se abre el escote
se despide diciendo Huy ya son la ocho
no me puedo demorar
Me espera mi abuelita en la barra del bar
tal como está todo hasta las caperucitas
vivimos del descorche
y en algún otro cuento ejerzo de mujer fatal.
Darío
1 comentario:
Ya no es el cuento lo que era. Los lobos se ponen cardiacos y las Caperucitas desaparecen en el momento más inoportuno (u oportuno, según se mire) dejando los lobos plantados con un palmo... de narices ;-)
Bss.
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