sábado, 19 de octubre de 2013

Aquellos Días



Eran días de pálido sol. Nubarrones en creciente. El otoño se hacía presente con su bajón de temperaturas. Sus días cortos, sus batallones de hojas, que llevados a los distintos frentes por el general viento, solo podían predecir el ataque inminente de la tropa de ampos mandados por el general invierno.

En el jardincillo que rodea la casa, las últimas rosas, festejan con los primeros membrillos y las milgranas, que ya abiertas  dejaban entrever su interior rosario de cuentas granate.


Pues bien, eran esos días donde una economía estrecha, un verano muy seco, habían hecho aparecer las primeras grietas en el garniel del país dibujando imposibles diferencias entre granos mucho más que semejantes...


¡A ver de que hablaba?  ¡Ah si! de que me hallaba yo defendiendo mi alícuota libertad cuando un voluntario vino a defender mi posición y trinchera.


¡Qué si la defendió! me despojó de ella se la puso y marcho a no sé que misiones estratégicas y como os lo cuento ojos que no ven gabardina que te vuela.

Por eso desconfiar de todo co-revolucionario, tovarich camarada o compañero que vengan de donde vinieren quieran defender tus posiciones y trincheras. 
Puede que solo deseen dejaros en camiseta.

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