Me he encontrado con Narciso en
el Bus. Venia del gym, su camiseta ceñida, los brazos con ese ligero tono
muscular que les queda a los escultistas. La venas muy marcadas, hasta allí
nada que destacar, luego he reparado en su pelo, un peinado que recuerda a una
col de olla que decimos por aquí. Varios frascos de laca y parece reproducir
los lóbulos cerebrales. Si los tiene
claro, a lo peor lo que veo es directamente sus meninges acartonadas, que pena
de hombre.
Suele llevar una bolsa de
deporte, cosas de aseo suponía yo. Cuando ha llegado a la parada, el del
asiento vecino, ha dicho algo entre dientes, algo así como puto palomo cojo.
Que rico es el idioma. No se puede decir más en tres palabras. Su asiento ha sido ocupado por una chica,
traía puestos unos vaqueros de Denim de esos que parecen neopreno. Ha pasado
feliz con sus vaqueros marca chichi. A mi se me antojan incómodos, sugestivos
más bien sujestivos si parece etimológicamente más correcto.
El vecino de asiento ha dejado perder su vista por las lorzas de la chica. Que bonito las lorzas, las jaretas del chichi. Nada como un chichi enjaretado.
El vecino de asiento ha dejado perder su vista por las lorzas de la chica. Que bonito las lorzas, las jaretas del chichi. Nada como un chichi enjaretado.
Me he quedado recordando a la
Señora Robles. Se dedica a la disección del sexo la leo en FB, a costa de su
última pregunta sobre pornografía he dejado vagar mi mente por los recuerdos de
erotismos ajenos.
"Muchas veces he pensado que las ideaciones eróticas tienen un común divisor. Me confesaba un día cierto galán, que soñaba con llevar a otra Carmen, a ese bar barcelonés que frecuentan los amigos de Masoc los acólitos de Sade.
Soñaba, que entraba en el local con ella, el delante llevando en la mano una cadenita que terminaba en un collar de cuero que la sumisa llevaba al cuello naturalmente con su nombre. Amo Dante. Tugurio mental ni siquiera taller de Onan.
Sin embargo, hubo otro que con un juego más simbólico pensaba en ella como una Lady Godiva desnuda sobre un caballo y el vestido a la moda renacentista era el palafrenero. Es curioso que dos formas simétricas de llevar a una dama. Las dos tienen en común la rienda...
"Muchas veces he pensado que las ideaciones eróticas tienen un común divisor. Me confesaba un día cierto galán, que soñaba con llevar a otra Carmen, a ese bar barcelonés que frecuentan los amigos de Masoc los acólitos de Sade.
Soñaba, que entraba en el local con ella, el delante llevando en la mano una cadenita que terminaba en un collar de cuero que la sumisa llevaba al cuello naturalmente con su nombre. Amo Dante. Tugurio mental ni siquiera taller de Onan.
Sin embargo, hubo otro que con un juego más simbólico pensaba en ella como una Lady Godiva desnuda sobre un caballo y el vestido a la moda renacentista era el palafrenero. Es curioso que dos formas simétricas de llevar a una dama. Las dos tienen en común la rienda...
Es significativo ese deseo que
aflora en las dos ideaciones de controlar la mujer, la rienda o la traílla. Las
ensoñaciones del macho suelen ser dominantes...
¿ Y el palomo que ensoñará el
palomo?
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