El Centro Médico Contacto bullía
de inquietud. Era el día de la entrega de premios. Desde hacía dos semanas se
sabía que alguno de los doctores de la institución había sido el afortunado
ganador del premio del año. Radio Macuto
informaba insistentemente de que las cifras del centro de atención preventiva,
CAP, eran las mejores de su historia.
El centro fruto de los esfuerzos
del Gran Prócer, tenía dos divisiones fundamentales de asistencia sanitaria. El
llamado CAIN Centro de acción inmediata, llamado coloquialmente bochinchin, y
el SEMPRE Servicio de Medicina
Preventiva. -Medicina Prevaricadora- en el lenguaje de la alta política.
Todos recordaban la crisis
política que produjo el nacimiento del Sempre. Casi le costó el puesto al señor
presidente. Todo porque las rancias familias nacionalistas se oponían a una medicina
plural y gratuita. Pero al final todo se había arreglado las grandes
corporaciones del medicamento habían movido sus hilos en la sombra para llevar
el agua a su molino, digo para favorecer la medicina integral. El programa del
partido progresista PSOD leído también como pastillas sobre demanda había
ganado. Todos los ciudadanos tenían derecho a las pastillas para mayor gloria
de la nación y de la industria.
Eso era lo que cualquier
ciudadano recordaba vagamente, en el CAIN todo eran nervios. Al final sobre las
doce del mediodía todas las pantallas del sistema informático quedaron en
blanco para segundos después emitir una dulce melodía que recordaba vagamente, el himno nacional. En todos los despachos y
aun en las pantallas públicas salía el mismo mensaje. Premios Cain de medicina
de contacto. A continuación se vio la imagen de ella la agraciada doctora
Colmenares con un nimbo de letras doradas que decía mejor facultativa generalista
del ejercicio, MeFaGe. Luego más discretamente aparecieron los datos, número de
pacientes asignados 6500. De ellos fidelizados como usuario fijos de medicación
(Usfim) 2437 (antes llamados enfermos crónicos). De ellos 780 llevaban además un régimen alimentario tutelado RAT.
Y unos totales en RAT 4200 ciudadanos, lo que equivalía a un 64% de los
pacientes de la doctora. El director de la consejería del medicamento que había
sido anteriormente CEO o Consejero delegado de una multinacional de polifarma,
estaba muy contento. Era de la opinión que los RAT permitían a los grupos polifarma
hacer frente a las multinacionales de alimentación. Así ningún fabricante de
leches agrias, pongamos por caso, podía hacer campañas de prescripción de
producto si este no se hallaba dentro de las listas del RAT. Era el poder puro,
la capacidad de imponer a la población una costumbre alimentaria que vetaba los
productos por su origen, ya se había acabado con las multinacionales de tabaco
sustituyendo la inhalación del humo de hojas por vapores TOXOCO (vapores de
toxicidad controlada) que revertían a las empresas de polifarma una buena parte
del mercado del tabaco. Ahora aspiraban a apropiarse de un 23% de la
facturación de la industria alimentaria. El juramento de Esculapio había
sustituido al más deontológico del juramento hipocrático. Pero a nadie parecía
importar mucho. Eran una nación y desde su independencia y aun antes los
avances en demagogia habían hecho maravillas por la sociedad dominada. La
doctora Colmenares recibió la cruz de Esculapio con distintivo azul, que le
sería impuesta por el Conselleiro Máximo en la próxima fiesta nacional
Minutos después un mensaje del
Capitoste Regional invitaba a todo el personal facultativo y de servicios a seguir
el camino marcado por la Doctora Colmenares para mayor gloria de la nació.
No hay comentarios:
Publicar un comentario