martes, 26 de agosto de 2014

Laura siempre Laura

Suena el teléfono, es Laura. Está algo alterada, la han llamado de la logia, del colegio centauro, le proponen hacerse cargo como maestra de un par de gestaciones centauras.
La noto excitada, comprendo la situación el hecho de que te elijan para un puesto así alegra. Es darte responsabilidad reconocer capacidades, pero entiendo su preocupación, la gestación de un centauro puede llevar años, yo mismo tardé mas de quince años en nacer.

¡Quince años! En un principio solo se notaba una iridiscencia que tendía cada vez mas al azulado al azul-violeta para ser exactos. Tuve que alimentar esa luz interna día a día con meditación relajación ejercicios de síntesis lógica. Tardé mucho en alcanzar un autocontrol, yo notaba por otra parte que mi mente evolucionaba cada vez hacia una mayor rapidez en las conjeturas, que no en la lógica.
Sin saber como, mi cerebro tomaba atajos intuitivos para llegar a la certidumbre. Pero no había yo consciente en el proceso.

Le he preguntado, Laura dice que en su caso fue algo distinto, simplemente la vida la obligo a replegarse sobre si misma, y al entrar en contacto con lo que ella llama la esencia mas íntima de su ser, encontró allí u imagen centaura. Completa tal como es ahora.
Por lo que sabemos la gestación centaura es distinta en cada individuo.
Los hay a los que comprender la esencia de sus actos les lleva tiempo. Tanto tiempo que se diría se petrifican se fosilizan sin adelantar. Para otros como Laura la conciencia de ser centauro les llega de golpe. A ella fue el divorcio lo que la condujo a la nueva auto-percepción. A mi sin embargo, la vida me hizo poco a poco. Como las olas de una costa que van día a día acumulando arena en un sitio capa sobre capa hasta que sin saber como aquel roquedo inhóspito se vuelve playa.

Supongo que el colegio, que ahora está regido por mercantilistas quiere averiguar si hay un camino hacia el interior corto y seguro. Algo como lo que ella recorrió.
Si les digo mercantilistas con toda la mala intención centaura. Quieren hacernos creer que la metamorfosis es parecida a un libro de auto-ayuda. Algo que lo lees y listo. Como si la modificación del ser humano fuese un maquillaje de teatro. Un acto de magia, entras en una caja de zapatos contrahecho, deprimido, sumido en la mas profunda desesperanza y renaces como ave fénix. Renaces luminoso transparente y con nuevos sentidos o al menos con nuevas y diferentes formas de percibir.
Pero hombre señores del consejo que eso solo lo pueden pretender los editores, en el fondo creen que un libro de auto-ayuda es como eso manuales de idiomas titulados ¡Aprenda Chino en Diez Días! Que bárbaros, si los pilla gran cadena de distribución algo como un Mercadona-Corte-Inglés del ánimo. Son capaces de editar con marca blanca títulos tales como. ¡Adelgace mientras aprende ruso! Adquiera superpoderes mentales mientras su pene crece. Pero hombre quien es el descerebrado que plantea así las cosas.
Descerebrado o delincuente. ¡Vaya usted a saber?
Así se lo digo y ella es de mi opinión. Antes estas cosas del cambio se llamaban santidad, y los distintos estados obligaban a cambiar el nombre del individuo ya lo dije una vez hablando de los faraones y de los papas. Pero en todos ellos la santidad era un ejercicio que se dilataba hasta mas allá de la muerte.
Hoy no estos caníbales, estos antropófagos de lo humano quieren someter un proceso que antaño duraba toda una vida y más. A las leyes de la productividad industrial. A los procesos informatizados al Low Cost y al Just in time (JIT) ¡pero hombre! Si una personalidad, es como un buen vino requiere años de crianza. Como quieren producir clones felices así.
Siento que Laura se identifica conmigo. Le pregunto directamente ¿oye y tu experiencia como fue?
Su voz es un poco temblorosa al principio, después se hace más firme.
Me dice: -Si tu ya lo sabes.
-Claro que lo se contesto.
Pero yo lo se como yo.
Ahora querría saberlo como la sabes tu.
-Fue así como tu lo describes. Cuando mi marido huyo, me quedé jodida y sola. Más jodida que sola. Por eso mientras miraba mi interior escuchaba mucho a los demás.
Es oyendo, oyendo y escuchando como yo hice mi metamorfosis.

-Y se me hace la luz, yo también escuché mucho, no tanto como Laura ni tan intenso ni tan seguido. Tal ves eso sea el origen de la diferencia de velocidades en la transmutación.

Seguramente fue eso, yo oía como una playa larga dejar a cada compañero su capa. Como las olas que dejan arena. Laura... Laura fue como una vela el goteo continuo el sedimento que termina por colgar bajo la palmatoria hasta configurar una especie de negativo de la vela. Un homólogo su homólogo.



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