Y más recuedos
Aun no tenía claro como fue, su
memoria le huía el momento. Vagamente recordaba que a partir de las violetas en
el pedido, había surgido un tierno "jefita" como apelativo.
Era
curioso jefa no, pero jefita tenía un
algo de ternura que no podía desdeñar y tampoco reprimir.
Paqui suponía que debió ser un
jueves, ella algunos jueves, se quitaba una horas de sueño y acudía a la peluquería.
Debía ser por tanto un jueves en que ella salía de la pelu cuando al pasar
frente a la estación de cercanías lo vio, era Luis.
- Hola
- Hola. Se saludaron, que haces
por estos barrios, Luis se sonrojó un poco, y dijo dedico estos días a y
buscando donde montar un restaurante. Esa afirmación, tenía para La Paqui un
tono amargo, tal vez una sombra paso por
su mirada, de forma que Luis la percibió y en un hábil quiebro añadió.
-Bueno es para mi trabajo fin de
curso. Ahora, aun tengo un año de trabajo de escuela y me exigen diseñar toda
la mecánica de un negocio de restauración. Sería la misma memoria que debería
presentar a un banco o a mis socios financieros. Eso aun son estudios, luego tengo
otro en posgrado en el que me gustaría hacer prácticas al algún restaurante
francés. Pero eso solo es un sueño.
¿Por qué no me acompaña? Me gustaría contar con su opinión.
Paqui vacilaba, era un adiós
encubierto, lejano en el tiempo, pero cierto. Era pedirle consejo de la forma
alejarse de terminar su relación. Relación laboral hasta ese mismo momento.
Aceptó el reto viajaron unos kilómetros comprimidos entre la marea humana. En
algún momento hubo un roce casual de sus cuerpos, el tren ya se sabe...
Al final llegaron a uno de tantos
pueblecitos costeros en que la economía tradicional había sido sustituido por
el turismo. Ocio y servicios.
Visitaron el pequeño centro
urbano, había que buscar un sitio accesible en automóvil, en un lugar no lejano
de los proveedores. Lo suficiente amplio, para tener un comedor espacioso y una
cocina digna y un espacio de servicios.
Paqui con buen criterio, le hizo
ver lo difícil que era calcular las dimensiones correctas del establecimiento
para que sus gastos e impuestos fuesen acorde con la capacidad de generar
beneficio. Poco a poco comenzaron a
caminar juntos, a tener una conducta corporal que nunca se hubieran permitido
tener en la city en la geografía cotidiana. Y aquí lejos próximamente lejos de
ellos. Surgía el rozarse, el tomarse del brazo, el mirarse a los ojos sin pudor
y con miedo.
Ella dijo:
-¿Porque te vas? Luis.
El bajó la vista y dijo
balbuceando:
- ¡Porque te quiero!
Después la besó, Paqui se retiro
asustada por un momento, para entregarse después con toda su pasión, en ese
beso tan deseado por ella como prohibido.
Lo recordaba bien, hasta allí
todo era claro, ese beso fue el principio el abandono y la entrega todo en uno.
Una entrega a un mozalbete del que casi podía ser madre. Pero era así no había más
remedio.
Durante muchos años le dio
vueltas al recuerdo, era eso un recuerdo en la sombra, una psicoalgia como
alguna vez se lo definió un terapeuta, pero eso fue después mucho tiempo
después, o eso creía.
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